Seguramente si entras en la red social de ese pajarito en manos del que parece un villano de cómic, habrás visto alguna vez a algún geekinfluencer promocionando algún artículo de «Los 5 mejores prompts para generar un botijo en ChatGPT».
Detrás de ese simple enunciación se oculta uno de los temas filosóficos de más alto calado. Nada más y nada menos el de cómo hablamos y cómo nos relacionamos con las máquinas.
Y es que desde la aparición de los transformers y, cómo consecuencia de ellos, los modernos modelos de lenguaje, esta cuestión es más actúal que nunca. Y ahí es donde aparecen los «prompters» y los «naturalistas». Unos creen que un módelo de lenguaje es C++ y otros se creen que están en el bar.
Hoy abordaremos cuál es la mejor manera de dirigirse a la máquina. Veamos por qué estas listas son, en muchos aspectos, (casi) una tontería.
Saludar y dar las gracias
Quizás es demasiado obvio decir esto, pero cuando hablas con ChatGPT no estás hablando con un enano escondido dentro de tu Mac. Según Gary Marcus, son más como loros estocásticos, es decir, loros tras haberse bebido mil litros de actimel.
Pero eso no significa que no te «comprenda». Ese es su trabajo, enteder cómo hablan los seres humanos y reproducirlo en lo que se conoce como «lenguaje natural», el que hablas con tu abuela o con tu compañero de trabajo.
El Dilema de las Listas Predefinidas
A primera vista, las listas de prompts pueden surgir como una herramienta útil. Sin embargo, en la práctica, pueden restringir nuestra capacidad para comprender cómo interactuar de manera eficaz con los modelos de lenguaje. Si te ciñes a un «Proporciona una receta para hacer paella», te estás perdiendo el show de ver cómo responde a un simple «¿Cómo me hago una paellita para impresionar este domingo?».
Cuando los Prompts Marcan la Diferencia
Ahora, no me malinterpretes. No es que las listas sean el mal personificado. En algunos momentos, sobre todo cuando te metes en berenjenales técnicos, un buen prompt es como tu colega el informático. Si buscas algo técnico y puntual, un prompt bien pensado es tu mejor aliado.
Consejos para una Interacción Natural
Hablemos claro. Si quieres sacarle el jugo a estos modelos, deja la formalidad en la puerta. Aquí van unos truquillos para que te entiendas con la máquina como si estuvieras hablando con tu trainee.
Habla claro, pero sin protocolos: Imagina que estás pidiendo una caña en tu bar de siempre. No hace falta que le digas «Deseo formalmente solicitar una cerveza, por favor«. Un simple «Oye, ¿me pones una caña?» funciona de maravilla.
No temas a las metáforas: Si alguna vez has intentado explicarle a tu abuela lo que es un meme usando términos como «imagen viral con texto superpuesto», sabrás de lo que hablo. Usa analogías y ejemplos cotidianos. Si la máquina se lía, siempre puedes corregirla.
Sé tú mismo: Si eres de los que usa expresiones como «estar en las nubes» o «estar más perdido que un pulpo en un garaje», ¡úsalo! A estas alturas, ChatGPT ya ha escuchado de todo.
Pregunta varias veces: Si la primera respuesta no te convence, insiste. A veces, la máquina necesita un poco de insistencia, como ese amigo que para quedar tienes que mandar un burofax.
No te tomes todo al pie de la letra: Si alguna vez te responde algo que parece sacado de una peli de ciencia ficción, respira hondo y recuerda: a veces, la IA también tiene sus momentos de divagación. No pasa nada, vuelve a formular tu pregunta y sigue adelante.
Conclusión
Las listas de prompts son una herramienta, pero no la única. Experimentar es clave para descubrir todas las posibilidades que ofrecen estos modelos. No te limites a un guion, y recuerda: estos modelos están diseñados para adaptarse a nuestro lenguaje. Así que, mientras te mantengas claro y directo, tendrás una experiencia de comunicación fluida y efectiva.
¡A disfrutar de la charleta!
¡No olvídes suscribirte a nuestra Newsletter!
