En un mundo donde lo digital lo domina todo, la necesidad de revisar nuestra relación con el entorno se vuelve imperativa. Frente a esta realidad, emergen dos conceptos aparentemente opuestos: el Decrecentismo y la Inteligencia Artificial (IA). El primero, una llamada a la moderación en el consumo y la producción para salvaguardar nuestro planeta; el segundo, la promesa de un futuro brillante propulsado por la automatización y la eficiencia.
¿Son estos conceptos mutuamente excluyentes o podrían encontrar un punto de encuentro en la encrucijada de la tecnología y la sostenibilidad?
Decrecentismo: Un freno necesario en la espiral de producción y consumo que nos ha llevado al borde del abismo climático. El decrecentismo no es una llamada a la austeridad, sino una invitación a reevaluar lo que valoramos, a encontrar equilibrio entre nuestras necesidades y los límites naturales de nuestro entorno.
Inteligencia Artificial (IA): Por su lado, la IA emerge como un catalizador de innovación. Su potencial para desentrañar complejidades y optimizar procesos es innegable. Pero, ¿a qué costo? La promesa de crecimiento que trae consigo, ¿es compatible con la llamada decrecentista a la moderación?
La coyuntura actual, marcada por la crisis climática y las desigualdades sociales, demanda una reflexión profunda sobre cómo la IA puede coexistir con los principios decrecentistas. ¿Puede la eficiencia y la innovación que propone la IA alinearse con una reducción consciente en el consumo y la producción?
Potencial de la IA en el Decrecentismo:
La IA, con su habilidad única para procesar y analizar grandes conjuntos de datos, podría ser una aliada en la materialización de los ideales decrecentistas. Un ejemplo palpable de esto es el caso de Blue River Technology, una empresa fundada en 2011 con el objetivo de integrar la robótica en la agricultura.
Blue River Technology, tras ser adquirida por Deere & Co. en 2017 por 305 millones de dólares, ha desarrollado See & Spray, un sistema que combina cámaras y IA para identificar y tratar individualmente cada planta en un campo. A través del aprendizaje automático, See & Spray optimiza el uso del herbicida, rociando solo las malas hierbas y dejando intactas las plantas deseadas. Esta optimización de recursos es un paso hacia la reducción del desperdicio, alineándose con los principios del decrecentismo, al mismo tiempo que maximiza la eficiencia en el campo.
Siguiendo esta línea, la IA puede contribuir significativamente en otros sectores:
Optimización de Recursos: Al predecir con precisión las necesidades de recursos en diversos sectores, la IA puede contribuir a una gestión más eficiente, reduciendo así el desperdicio.
Diseño de Sistemas de Economía Circular: La IA puede trazar el recorrido de los materiales reciclables, promoviendo una economía donde los recursos circulan, minimizando la generación de desechos.
Innovación en Productos y Servicios Sostenibles: Desde vehículos eléctricos más eficientes hasta soluciones de embalaje ecológico, la IA puede ser el motor de una innovación sostenible.
Pero no todo es color de rosa en esta intersección entre la IA y el decrecentismo.
Desafíos Técnicos y Éticos:
A pesar de estos avances, la convergencia de la IA y el decrecentismo enfrenta desafíos significativos. La IA, con su apetito voraz por datos y energía, puede contradecir los principios de moderación que propone el decrecentismo. Además, temas como la concentración de poder, la transparencia y el desempleo tecnológico se presentan como obstáculos que requieren una atención crítica.
Camino Hacia la Armonización:
La clave podría residir en una IA ética y centrada en el humano, desarrollada bajo un marco regulatorio sólido y con una visión a largo plazo. También es crucial fomentar una educación que prepare a la sociedad para una convivencia fructífera entre la IA y los ideales decrecentistas.
Reflexiones Finales:
La intersección entre la IA y el decrecentismo nos invita a imaginar un futuro donde la tecnología no se perciba como una amenaza, sino como una herramienta poderosa para forjar una sociedad más justa y sostenible. Sin embargo, esta convergencia requiere de un compromiso colectivo para redirigir el curso de la IA hacia un horizonte que resuene con los valores de sostenibilidad y equidad.
Si quieres más info sobre IA y decrecentismo aquí tienes un poco de bibliografía:
« Artificial Unintelligence: How Computers Misunderstand the World » por Meredith Broussard
En este libro, Broussard explora las limitaciones de la tecnología y los peligros de ceder ciegamente el futuro a las máquinas. Examina cómo los sesgos raciales y de género están incrustados en nuestros sistemas de IA y cómo el acceso desigual a la tecnología afecta a las personas de diferentes grupos socioeconómicos.
« Life 3.0: Being Human in the Age of Artificial Intelligence » por Max Tegmark
Tegmark explora el futuro de la IA y su impacto en la vida tal como la conocemos, abordando varios escenarios que podrían desarrollarse dependiendo de cómo decidamos gestionar esta tecnología.
Cómo el decrecimiento salvará al mundo « Menos es más: » por Jason Hicke